Aldo Cettour, productor hortícola de colonia San José, ex concejal y vice intendente por el vecinalismo, es el columnista invitado de El Entre Ríos este domingo:
En épocas de la colonización en el siglo XIX, la ocupación rural era del 90%, luego pasó a ser el 50% y así sucesivamente hasta nuestros días: somos apenas el 4% en nuestra región del Departamento Colón. Basta consultar el padrón electoral.

En un tiempo, allá por 1985, vimos la posibilidad de retener a los jóvenes y sus familias con una oportunidad incipiente, la horticultura extensiva. Y así, apoyado por los gobiernos provinciales y los amigos suizos se formaron grupos con el fin de promocionar esta actividad. Algo hemos logrado, ya que el 45% de las hortalizas que se consumen en la región se producen aquí, pero con la diferencia que entonces éramos setenta familias que nos dedicábamos a la actividad y ahora, con un poco más de los dedos de la mano, alcanza para contarlos.

Ocurre que aquél productor de uno o dos invernaderos pasó a tener media hectárea por lo menos cubierta de polietileno; esto quiere decir que la economía de escala ha hecho mella en la actividad, y menos productores cultivan la cantidad que antes realizaban muchos más.

Un ejemplo es que nos alegrábamos con producciones de tomate de seis kilos por metro cuadrado, ahora se habla de 16 kilos por metro cuadrado.

Y así ocurre con todas las actividades. Cuando yo criaba pollos con mi padre contábamos con una producción de 700 pollos dos veces al año con recursos propios, en la actualidad un productor tiene que tener por lo menos 15.000 pollos, cuatro o cinco crianzas por año.

Y así tenemos integrados de 150.000 pollos en algunos casos, pero es muy común preguntar cuántas crías tiene y que te digan cuarenta o cincuenta mil, y así en todos los rubros, arroz, soja, cerdos, etc.

Lamentablemente nuestros esfuerzos han sido un poco en vano, porque si bien la producción es mucho mayor, los que vivimos en el ámbito rural somos cada vez menos, esto es debido a la falta de oportunidades a la economía de escala y a las facilidades de vivir en comunidad donde hay servicios más baratos, profesionales y distancias más cortas, o sea, todo al alcance de las manos. A favor, tenemos la tranquilidad, y podemos ser autosuficientes si lo deseamos.

Pero esto no pasa solamente aquí. Tuve la oportunidad de viajar a Europa, Francia y Suiza en especial. Allá pasa lo mismo, o peor. En comunas en que había, hace no mucho tiempo atrás, 25 agricultores, quedan solamente dos o tres, ellos producen lo que antes lo hacían todos. Esto conlleva a que las autoridades les presten cada vez menos interés porque deben atender prioridades más importantes, a tal punto de llegar a considerarse ciudadanos de segunda. También es un poco triste ver como las edificaciones urbanas van “comiendo” terrenos hasta ahora dedicados a la agricultura.

También pude ver cómo los productores se unen en cooperativas para poder contrarrestar la concentración económica de las grandes empresas, pero esto no es fácil, ni aquí ni allá.

Ahora bien, yo digo, si en este momento somos 7.000 millones en el planeta y un porcentaje importante se muere de hambre por la falta de alimentos, como será para la década del 20 que se estima seremos 10.000 millones, para alimentar a la población con menos terrenos, con más tecnología, por supuesto, pero ¿hasta dónde? ¿Con más soja transgénica, con maíces tipo R.R. y con más glifosato? También con la deforestación de bosques autóctonos.

Quiero aclarar que esto es sólo una reflexión y quizás no haya otra alternativa y deba ser así, porque si queremos regresar a trabajar como lo hacían nuestros abuelos, con la azada, será imposible abastecer de alimentos a una creciente población. Tal vez con esto nos damos cuenta que la agricultura en general tiene un futuro, dependiendo de las políticas y que los jóvenes vuelvan a poblar las campañas. Bueno, voy a ir parando, soy un gringo y nada más.

Agradezco invitación de la dirección de El Entre Ríos para reflexionar sobre este tema que viví desde pequeño y pienso continuar, hasta que me dé el cuerpo.

Nota de la redacción: Aldo Cettour viajó varias veces a Europa a capacitarse sobre distintos temas relacionados con la horticultura. Defensor a ultranza de la naturaleza y el medio ambiente. Implementa en su finca distintos métodos no contaminantes, por ejemplo para curar la tierra.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)Autor: Aldo Cettour